Es originario del sur de Francia, de Arles, allá en La Camargue, zona de caballos y toros salvajes. Pero se siente tan español como sus abuelos que inmigraron a esa región donde él nació, igual que muchos de los Reyes, la enorme familia gitana de la cual también surgieron sus parientes directos, los famosos Gipsy Kings.

Pero si se aprecian sus ires y venires artísticos y geográficos, Mario Reyes “The Gipsy Man”, más parece un contemporáneo ciudadano del mundo, porque recién ayer estaba haciendo un dueto con Andrea Bocelli y quizás mañana, o cuando las circunstancias se den, por fin podría estar alternando con Sting haciendo realidad uno de sus sueños más entrañables. 

Además, es incuestionablemente un ciudadano del mundo por su asombroso multi-lenguaje personal, ya que domina el francés, el español, el inglés, el italiano, el catalán e incluso el “gitano”, ese idioma-dialecto-argot que fusiona vocablos, sujetos y predicados de varios otros idiomas. 


Virtuoso de la guitarra y viajero por vocación Mario Reyes también celebra el reciente lanzamiento de su álbum “The Gipsy Man Sings From The Middle East”(El Gitano Canta Desde El Medio Oriente), donde lo acompañan grandes estrellas de esa zona del mundo.  Producto de la visión conjunta de Albert Hagar, autor de la mayoría de las canciones, y Luis Medina, cada tema refleja la fusión gitana y árabe, no sólo en su lenguaje sino también en sus arreglos, muy representativos de la cultura musical gitana y del Medio Oriente, donde ha gustado muchísimo. 

De origen libanés y repentinamente fallecido el 26 de diciembre de 2009, Albert Hagar deja esta grabación como la valiosa herencia que abre las puertas de ‘El Clon’, telenovela en que se incorporan casi todas sus composiciones. 

Protagonista confeso de su propio destino, Mario Reyes comenzó a tocar la guitarra cuando tenía entre siete y ocho años: “¡Seguro: nacemos con la guitarra en la mano!” 

Como Los Reyes también tienen familia en Barcelona, de allí les viene su afición predominante por la rumba catalana, el ‘palo’ que más tocaban y tocan ellos y sus ancestros. Sin embargo, y a raíz de su propia evolución, Mario además incursiona, y con éxito, en la bulería, en la soledad y en el tango, aproximándose mucho más al llamado “flamenco puro”, una expresión musical que le encanta. 

Fanático y aventajado profesional de su instrumento, señala que sus favoritos en la guitarra son, entre otros, Camarón de la Isla, Manitas de Plata y Paco De Lucía. A este último lo caracteriza con una frase de espontánea elocuencia: “Para mí, mi Dios”. 

Refiriéndose a quienes piensan que fue miembro titular de Los Gipsy Kings, Mario les advierte que están en un error: “Toqué con ellos en una gira mundial. Pertenezco a la misma familia. También soy Reyes. Fui la guitarra líder con ellos en su gira de 1995. Gracias a ellos vencí mi miedo de tocar en público. La primera vez fue ante unas 15 mil personas en la Plaza Roja de Moscú, Rusia”.

Marcando responsablemente las fronteras auto-impuestas de su capacidad artística, confiesa que fue el famosísimo tenor italiano Andrea Boccelli quien le sugirió que cantaran juntos “y en español, por primera vez”. La canción compuesta por Mario, una balada que se llama “Sin Tu Amor”, es uno de los cortes del álbum de Bocelli titulado “Andrea”. 

Siempre fiel y aferrado a su guitarra, adentrándose en el flamenco puro, Mario siente una especie de fascinación por la música árabe, ámbito de su cultura donde le rinde especial pleitesía a la madre de la guitarra: el laúd. 

El mejor fruto de este interés tan suyo tiene un nombre: “The Gipsy Man Sings From the Middle East” (by Mario Reyes), el disco que grabó en Los Ángeles, California, y trae duetos con los súper astros de la música árabe Carol Samaha e Ilham Al Madfai y los promisorios nuevos talentos Qusai y Malika. 

Esta producción presenta como sencillos promocionales, los temas “Quédate Conmigo”, “Ana Baddy” y “El Velo del Amor”, este ultimo  lo interpreta junto a la bellísima Sandra Echeverria, y que abre las puertas de “El Clon” todas las noches, telenovela internacional en la que además se incluyen otros  de esta mágica producción discográfica.  Mario, no solo interpreta con ritmo y pasión todas sus canciones, sino que además, en su faceta de compositor, escribe “Inocente”,   inspirado en los niños víctimas de guerras, e incluido en esta, su primera producción discográfica.

Lo curioso de su discografía es que este es el primer álbum de su carrera como solista en su etapa actual. Antes también grabó, pero en una onda latin-jazz junto a músicos tan célebres como Dominique Couler, Manu Caché y Pino Paladino: “No fueron proyectos comerciales, sino dirigidos a un público más específico”. 

Originalmente, Mario fue el director de Los Reyes. A partir de la temporada 1999- 2000 reanudó su actividad en solitario, presentándose con su propio nombre aunque acompañado de un grupo en que hay dos guitarras, un vocalista, bajo, batería y coro femenino, lo cual le da una sólida presencia al característico son de la rumba flamenca, la base de su propuesta alrededor del mundo. 

Innovadoramente, mientras tanto, prepara su nuevo espectáculo, en un esquema muy actual, pues proyecta incorporarle bailarinas que alternen el flamenco y el hip-hop sobre el escenario, una coreografía de audaz concepto y fusión. 

Premiado con el galardón Gota de la Vida en California por la organización City of Hope, que trata a pacientes enfermos de cáncer, el precio que tiene que pagar por estar cerca de sus fans es permanecer lejos de la familia, lo cual le provoca algo así como una angustia pasiva. 

Lo mejor, en cambio, es desempacar su guitarra, empezar a tocarla y ver que la gente se alegra, se ríe y se mueve en cada presentación.  

Mario Reyes “The Gipsy Man”, nació el 20 de junio de 1974. Su domicilio es… ¡el mundo!  Sus hogares temporales siguen turnándose, uno en La Camargue, allá en la desembocadura del Ródano, en el sur de Francia, y el otro, en uno de los territorios que le son más propicios, otro sur, el Sur de California, en Los Ángeles.